Estoy en uno de los cerebros del festival, el hotel Hyatt, allí donde se celebran las conferencias de prensa, donde se encuentran todos los departamentos de las diferentes secciones, donde no para de sonar el teléfono, donde ávidos periodistas intentan conseguir entradas para las fiestas mientras se adueñan de todo el material posible para sus entrevistas. Ahora reina una extraña calma: agentes de prensa, directores, actores y reporteros de radio y televisión están en los pases o llenando la barriga.
A veces hay muchísimo trabajo, todavía no has colgado el teléfono cuando ya está sonando, tienes a dos agentes de prensa delante, uno preguntándote que dónde está el material de prensa (¡y yo qué sé!), el otro acosándote para que les consigas un lugar donde hacer una entrevista para televisión (haber avisado antes). Y en ésas estás cuando se acerca un periodista que, con toda la cara del mundo, te pide copias de ocho películas. Pero vamos a ver, caballero, que cada película se proyecta cinco veces, no me diga que no le da tiempo a ver las películas que le interesa.
Pero a veces es todo mucho más tranquilo, vienen los directores de las películas a presentarse, ayudas a algún periodista despistado a ir donde quiere ir, planificas entrevistas, organizas encuentros, en inglés, alemán, francés, planificas, organizas.
Y cuelgas pósters de películas tan bonitas como la que ilustra este post: "The Exploding Girl", de Bradley Rust Gray.
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