lunes, 26 de noviembre de 2007

Descanso temporal

Queridos admiradores varios,
cierro la paraeta dos semanas porque me voy de vacaciones al país que aparece en la foto (no es por daros envidia, que conste). Pensaba escribir un post de los míos bien largos contándoos un montón de tonterías, pero son las dos de la mañana y tengo la maleta sin hacer y un examen de gramática alemana mañana a mediodía. Así que me contento con mandaros besos con la punta de los dedos.
Nos vemos a partir del 10 de diciembre.

viernes, 23 de noviembre de 2007

Lluvia

Día gris en Berlín.
Doy con este poema de Lorca:


La lluvia tiene un vago secreto de ternura,
algo de soñolencia resignada y amable,
una música humilde se despierta con ella
que hace vibrar el alma dormida del paisaje.

Es un besar azul que recibe la Tierra,
el mito primitivo que vuelve a realizarse.
El contacto ya frío de cielo y tierra viejos
con una mansedumbre de atardecer constante.

Es la aurora del fruto. La que nos trae las flores
y nos unge de espíritu santo de los mares.
La que derrama vida sobre las sementeras
y en el alma tristeza de lo que no se sabe.

La nostalgia terrible de una vida perdida,
el fatal sentimiento de haber nacido tarde,
o la ilusión inquieta de un mañana imposible
con la inquietud cercana del color de la carne.

El amor se despierta en el gris de su ritmo,
nuestro cielo interior tiene un triunfo de sangre,
pero nuestro optimismo se convierte en tristeza
al contemplar las gotas muertas en los cristales.

Y son las gotas: ojos de infinito que miran
al infinito blanco que les sirvió de madre.

Cada gota de lluvia tiembla en el cristal turbio
y le dejan divinas heridas de diamante.
Son poetas del agua que han visto y que meditan
lo que la muchedumbre de los ríos no sabe.

¡Oh lluvia silenciosa, sin tormentas ni vientos,
lluvia mansa y serena de esquila y luz suave,
lluvia buena y pacifica que eres la verdadera,
la que llorosa y triste sobre las cosas caes!

¡Oh lluvia franciscana que llevas a tus gotas
almas de fuentes claras y humildes manantiales!
Cuando sobre los campos desciendes lentamente
las rosas de mi pecho con tus sonidos abres.

El canto primitivo que dices al silencio
y la historia sonora que cuentas al ramaje
los comenta llorando mi corazón desierto
en un negro y profundo pentagrama sin clave.

Mi alma tiene tristeza de la lluvia serena,
tristeza resignada de cosa irrealizable,
tengo en el horizonte un lucero encendido
y el corazón me impide que corra a contemplarte.

¡Oh lluvia silenciosa que los árboles aman
y eres sobre el piano dulzura emocionante;
das al alma las mismas nieblas y resonancias
que pones en el alma dormida del paisaje!


(Para que no quede tan melancólico, os pongo un cuadro de Klee.)
Que empecéis muy bien el fin de semana.

jueves, 22 de noviembre de 2007

He empezado a aprender árabe

Pues sí, señores, ayer tuve mi primera clase de árabe. No voy a enrollarme mucho sobre el tema (más que nada porque tampoco tengo tanto que contar), pero el caso es que me lo pasé pipa. El profesor me cayó muy bien (es un estudiante de medicina medio alemán, medio libanés), explica con mucha claridad, y creo -espero- aprender mucho. Pero siempre es muy divertido empezar a aprender una nueva lengua.
Ya os iré poniendo al corriente de mis progresos, inshallah.
p.d.: la foto me la mandó Jalal. La niña ha escrito en la pizarra las letras a y b.

sábado, 17 de noviembre de 2007

De visitas turísticas

El miércoles llegaron dos visitas a Berlín. Primero llegó Álvaro, desde Madrid, y luego llegó Rodi, desde Tübingen. No es que se pusieran de acuerdo, porque no se conocen de nada, pero los dos encontraron vuelos baratos para el mismo fin de semana, así que se vinieron a hacerme una visitilla. (Curiosamente, desde que estoy en Berlín, me salen novios y novias de debajo de las piedas. ¿Será que mi sex-appeal ha aumentado desde que puedo ofrecer alojamiento en esta gran ciudad?)
El caso es que el jueves nos levantamos bien pronto y nos fuimos los tres hacia el Reichstag. Rodi había conseguido entradas para ir a ver el debate del parlamento alemán, el Bundestag, así que nosotros entramos en el edificio (y mientras tanto Álvaro se fue a dar vueltas por ahí). La verdad es que fue muy curioso ver cómo es el día a día en el Parlamento y ver de verdad cómo es un debate, y no los tres minutos de resumen que sale en el telediario. Para empezar, en la tele parece muchísimo más grande de lo que es. Luego, resulta desmitificador ver a Angela Merkel y compañía llegando tarde, levantándose para hablar en grupitos, pasando de la persona que tiene la palabra, aplaudiendo sólo cuando habla el de su partido, etc. Pero como a todo el mundo le gusta ver famosos, pues fue muy gracioso estar ahí. Tampoco puedo decir que el contenido político me interesase sobremanera por una razón muy simple: apenas entendía lo que decían. Me temo que mi nivel de alemán todavía no da para entender a los portavoces de todos los grupos parlamentarios debatiendo sobre la conveniencia de que el ejército alemán siga en Afganistán o no. Además, menos mal que Rodi me iba diciendo quién era quién, porque aparte de la canciller, sólo me sonaban un par de caras.

Os reiréis, pero al final, casi que lo más interesante fue ver el edificio del Reichstag por dentro y constatar que, tras la reforma, se había decidido conservar los graffitis rusos hechos al final de la II Guerra Mundial. Aquí tenéis una foto:

y aquí tenéis otra:



Me pareció muy curioso que hubiesen decidido dejarlos. Quizá pensaron que era una forma de que nadie olvidase las consecuencias de una guerra.

Aquí tenéis a Rodi, contento por ser los primeros del día en subir a la cúpula del Reichstag (¡eran las ocho y media de la mañana!):

Después de ver el debate parlamentario, nos fuimos a dar una vueltita por los nuevos edificios gubernamentales que han construido alrededor del Reichstag y que son verdaderamente preciosos. Bueno, aquí tenéis una foto de yo misma (se me adivina entre el gorro y la bufanda) delante del Reichstag aprovechando un rayito de sol:

Esto es la Cancillería (con escultura de Chillida en primer plano):



Y ésta es la Marie-Elisabeth-Rüder-Haus (estos alemanes tienen la manía de poner siempre nombres interminables e impronunciables a todo):



Bonitos, ¿verdad?

Una vez los tres reunidos de nuevo, dirijimos nuestros pasos hacia Potsdamer Platz para reponer fuerzas. Allí Rodi y yo sometimos a Álvaro a un intensivo de gastronomía alemana: de aperitivo, un currywurst, comida berlinesa por excelencia -tras el kebab- que consiste en una salchicha cortada a trocitos y bañada en ketchup y curry en polvo. Después pasamos al plato principal: kartoffelpuffer, que son una especie de tortitas de patata fritas, y nos las comimos servidas con queso, cebolla, beicon y tomate. Todo muy ligerito, al estilo alemán.
Aquí os pongo una foto de Potsdamer Platz. (Lamentablemente, no tengo ninguna foto de la comilona.)


Luego nos fuimos a dar una vuelta por Ku'damm y aproveché para comprarme un exprimidor de naranjas por 15 euros, que no veáis lo bien que me viene a la hora de desayunar y lo contenta que estoy yo con mi aparatito. El resto de la tarde me quedé en casa descansando (me fastidié el pie hace varias semanas y no acaba de estar bien) y los chicos se fueron de maratón museístico a la Museuminsel, la isla de los museos.

El viernes yo tenía clase todo el día, así que volví a dejar que Rodi y Álvaro hiciesen buenas migas. Por la tarde noche fuimos a una cervecería de Oranienburger Strasse (menuda carta de cervezas, había lo que quisieras: cerveza rubia, negra, de trigo, de trigo oscura, roja, biológicas, de sabores...) y luego quedamos con mis amigos de aquí en el barrio de Kreuzberg, en un antro rockero de mala muerte que congrega a lo mejorcito de Berlín.

El día siguiente fue más tranqui, de museos -sí, más museos- y paseos varios. Por la noche nos fuimos a cenar a un sitio al que pienso llevar a todas mis visitas futuras amantes de lo asiático: un restaurante chiquitín que se llama Rice Queen y en el que sirven unos platos para chuparse los dedos. Luego pensábamos acabar con una cervecilla para volver pronto a casa, pero acabamos entrando en un local la mar de modernete llamado "Zu mir oder zu dir" ("en tu casa o en la mía"), tomándo vodka sour y mojitos en vez de cervezas y volviendo a Wedding -mi barrio- a altas horas de la mañana cantando por la calle a Sabina. Todo muy divertido, la verdad.
El domingo nos levantamos a horas intempestivas y fuimos a desayunar al barrio hippie-pijo de Prenzlauer Berg. He de decir que en Alemania esto de ir a desayunar por ahí los domingos es muy normal, aunque lo de llamar "desayuno" a un buffet en el que te pones las botas de embutido, huevos, queso, salchichas, fruta, pan, mermelada, etc., resulta algo eufemístico. Rematamos la jornada paseando por el barrio. Por cierto, que Álvaro se acabó comprando una super 8 en una de las múltiples tiendas de segunda mano y objetos de la antigua RDA que hay allí.
Más o menos así acabó un fin de semana dedicado, como habéis visto, a patear Berlín de arriba a abajo (sobre todo Álvaro, que se levantaba a las siete de la mañana y se iba por ahí), a ver muchas cosas y en el que nos lo pasamos muy bien.
Bueno, me voy a la cama. Besos a todos.
p.d.: Que conste que estoy encantada con que la gente venga a visitarme, ¿eh? Adoro sentirme deseada por todo el mundo :)

jueves, 15 de noviembre de 2007

De compañías aéreas y otras engañifas

Desde que estoy en Berlín -y antes también- compro vuelos on-line como quien baja a comprar el periódico los domingos.
Por eso me he sentido tan identificada con este chiste de Mauro Entrialgo. Aquí os lo dejo para que os riáis un poquito.

Bajo cero



Pues sí, en Berlín empieza a hacer bajo cero, como podéis comprobar vosotros mismos. Ahora no me quito la bufanda, el gorro y los guantes en ningún momento, aunque he de decir que hoy ha salido el sol un ratito, la primera vez desde hace tantos días que ni me acuerdo.
Pero no me voy a quejar, que va a hacer mucho más frío dentro de unas semanas (tengo reservados para entonces mis guantes de forro polar, mi gorro con orejeras de lana por fuera y forro polar por dentro, una bufanda tipo manta, los leotardos para ponerme debajo de los pantalones, etc., etc.).
Por cierto, que ayer llegaron Rodi (desde Tübingen) y Álvaro (desde Madrid) a pasar unos días. Próximamente descripción de todas las actividades que estamos llevando a cabo y fotos ilustrativas.
Hasta entonces, un beso.

martes, 13 de noviembre de 2007

Este pasado fin de semana

Una vez recuperada de mi terrible pequeño accidente doméstico, me dispongo a cumplir con lo prometido, que suele ser deuda: contaros mi fin de semana (que tampoco fue extraordinariamente especial, he de decir).

El jueves (como buena universitaria, mis fines de semana empiezan los jueves) fui, con unos amigos, a la Fundación Helmut Newton. Aquí en Berlín (no sé si en toda Alemania) muchos museos abren los jueves hasta las diez de la noche y a partir de las seis de la tarde es gratis entrar. Así que aprovechamos para echarle un vistazo. Al final nos alegramos de no haber pagado, pues la colección tampoco tiene gran cosa. Hay tres o cuatro salas dedicadas exclusivamente a Helmut Newton (donó su obra a la ciudad de Berlín poco antes de morir), una sala en la que está reconstruido su salón y en la que se encuentra su coche (una chorrada, vamos) y un par de salas en las que se encuentran las exposiciones temporales.



La exposición que vimos, titulada "Wanted" estaba dedicada a las fotografías de Larry Clark y de Ralph Gibson, amigos de Newton y fotógrafos no demasiado excepcionales, la verdad.
En resumen: una exposición correcta, sin más.


Como suele pasar, lo mejor del museo era su librería, de la que me llevé dos libros preciosos a precio de saldo. Así que me di por satisfecha con nuestra excursión a la Fundación H. Newton.


Aquí tenéis dos fotografías de Gibson que sí me gustaron:


Y aunque Newton tampoco es mi fotógrafo favorito, hay que reconocer que tiene estilo:


Después de la exposición nos fuimos a tomar una cerveza a un bar muy agradable que además está abierto 24 horas, y las 24 horas sirven comida, así que aquellos que vengáis a verme tenéis bastantes probabilidades de que os lleve allí en algún momento del día (o de la noche).

A pesar de las temperaturas que empiezaban a hacer en esta ciudad, el viernes por la noche me atreví a salir a la calle y me fui con unas amigas a un concierto de un grupo llamado Pescadores de Ventanas. Ya, con ese nombre evidentemente no se trata de un típico grupo alemán, pero sí de un grupo típicamente berlinés: aires de tango argentino, batucada brasileña, bajista alemán... Una buena mezcla, vamos. Éste es el cartel de un concierto anterior:

El concierto era en un barecillo de Friedrischshain, barrio que estaba en Berlín Oriental y que ahora es de los más alternativos, con multitud de casas okupa, o casas-proyecto, como dicen aquí. El concierto estuvo muy bien, animado, pero casi lo mejor vino después: algunos miembros del grupo de música, un espontáneo que supongo que había ido al ver a sus amigos tocar al bar y un camarero del bar -sí, el camarero- se volvieron a subir al escenario e improvisaron una jam-session que estuvo genial. Tocaban muy bien, improvisaban mejor, y se creó un ambientillo la mar de bueno.

Después del concierto pensaba ir a mi primera "WG Party" berlinesa (es decir, esas fiestas que monta la gente en su casa), pero el frío que hacía y mi pie, que no hay manera de que se cure, me hicieron desistir.
Y el sábado: ¡NEVÓ! ¡Sí! Nevó durante muy poco tiempo, pero muchísimo: en 20 minutos se puso toda la ciudad color de blanco, y fue precioso. No me dio tiempo a hacer fotos pues estaba en casa de un amigo italiano haciendo un trabajo de clase (no olvidéis que yo aquí he venido a estudiar), pero creo que tendré muuuucho tiempo para colgaros fotos de Berlín nevada desde todos los puntos de vista. Así que la próxima vez será.

La noche del sábado me dediqué a quedarme en casa leyendo y estudiando un poco, y también aproveché para ver una película que tenía ganas de ver desde hacía mucho tiempo: La science des rêves, La ciencia del sueño, dirigida por Michel Gondry (Olvídate de mí) e interpretada por Gael García Bernal (¡guapo!) y Charlotte Gainsbourg.


Es una película muy entretenida, surrealista pero también muy tierna, que te hace reír y sonreír, en la que no sabes si enamorarte del personaje principal o darle un capón (como muy bien me decía Ernesto). Recomendada para noches en las que apetezca ver algo bonito (sin ser ñoño).

El domingo tocaba también día de cine. Ya se ha convertido en una especie de tradición ir los domingos por la noche al cine Babylon, donde organizan CinemAperitivo, un ciclo de cine clásico italiano. Antes de ver la película la presentan brevemente y luego, mientras la gente se atiborra de foccacia y bebe Campari, hay un breve debate. La verdad es que está francamente bien. El programa de este domingo lo componían seis cortometrajes de los años 30 y 40 y de muy diversa procedencia y temática (y de los que no he podido encontrar ninguna imagen):
  • -NAPOLI NUOVA, de Alessandro Blasetti; documental fascista en el que se alaban los cambios realizados en Nápoles y la modernización de dicha ciudad.
  • -NETTEZZA URBANA, de Michelangelo Antonioni (sí, el que se murió al mismo tiempo que Bergman): un bonito retrato (en el que no se habla, por supuesto) sobre el día a día de los barrenderos.
  • -CONTADINI DEL MARE, de Vittorio De Seta: cortometraje documental sobre la pesca del atún en Sicilia (impresionante el tamaño de los atunes, por cierto).
  • -FIORAIE, de Francesco Maselli: el relato de un día cualquiera de una vendedora de flores en una ciudad italiana.
  • -BUIO IN SALA, de Dino Risi: un cortometraje genial y divertidísimo sobre la magia del cine, en el que la cámara enfoca siempre a los espectadores.
  • -FANTASIA SOTTOMARINA, de Roberto Rossellini: un cortometraje muy gracioso y filmado en su totalidad en el acuario de Rosellini (cuando todavía no era un director famoso) en el que nos cuenta las vicisitudes de una carpa, su búsqueda del amor y su lucha contra el temible pulpo.

La verdad es que estuvo muy bien la sesión de cortos. Además la cosa tuvo un buen final: nos fuimos a un restaurante asiático a comer sushi mientras veíamos nevar.
Y hala, a las ocho de la tarde, todo el mundo a casa.
Y así di por acabado mi fin de semana.

domingo, 11 de noviembre de 2007

Canción para una tarde de domingo

Pensaba contaros qué he hecho este fin de semana, pero un pequeño accidente doméstico que ha tenido como resultado el hacerme un corte pequeño -pero profundo y bien puñetero- en el dedo índice derecho me impide escribir en el ordenador como toca. Así que lo de contaros qué tal mi fin de semana lo dejaremos para otro día.



Os dejo con una canción perfecta para esta tarde de domingo.
Haced click aquí y disfrutad.

viernes, 9 de noviembre de 2007

Tal día como hoy...

Tal día como hoy, hace 18 años, el 9 de noviembre de 1989, caía el muro de Berlín. No me extenderé sobre ese acontecimiento, pues todos sabemos qué pasó, todos hemos visto mil fotos y todos hemos visto Goodbye, Lenin! (o casi todos). Hoy, en Alemania, es día de artículos conmemorativos, de repaso a los acontecimientos, de entrevistas, de volver a publicar las mismas fotos. Por ejemplo, de publicar esta foto:



Pero lo que muy pocos saben es que el 9 de noviembre es una fecha que se repite en momentos clave de la Historia alemana.

Estamos en noviembre de 1918. Hace pocas semanas que la Primera Guerra Mundial ha acabado y cunde el descontento entre la población alemana. El 9 de noviembre, Scheidemann, antiguo ministro imperial, proclama la república desde los balcones del Reichstag . Ha nacido la República de Weimar, que tendrá una agitada historia. De hecho, el mismo 9 de noviembre, casi al mismo tiempo que Scheidemann, Karl Liebknecht se asomaba a un balcón del Palacio Imperial y proclamaba la República Libre y Socialista Alemana, proclamación que los demás políticos decidieron ignorar sin más.
(La foto corresponde a la declaración "oficial", la de Scheidemann.)



En 1923 las cosas no iban mucho mejor para la República de Weimar. Además, en Baviera, el sur de Alemania, un grupo de agitadores (bien organizados, eso sí) que se autoproclamaban "nacionalsocialistas" empezaban a hacer mucho ruido.
El 9 de noviembre de ese año, el jefe de estos agitadores, Adolf Hitler, decidió llevar a cabo un golpe de estado en Múnich. Aquí tenemos una instantánea de ese día:



Como todos saben, el lluego llamado putsch de Múnich fue un gran fracaso. Hitler, acompañado de Rudolf Hess y unos cuantos más, pasaría un añito a la sombra. Tiempo que el futuro dictador alemán no desaprovecharía: fue entonces cuando escribió Mein Kampf, Mi lucha.

El siguiente 9 de noviembre que pasaría a la historia tampoco es un día que convenga celebrar con entusiasmo. El 9 de noviembre de 1938, Hitler ya llevaba cinco años en el poder y las SS sembraban el terror. Ese día, tomando como excusa el asesinato del secretario de la embajada alemana en París a manos de un judío también alemán, se desencadenaría en Alemania y Austria toda una serie de violentos ataques contra judíos, contra sus negocios, tiendas y almacenes y contra sinagogas. Balance final: casi 100 muertos, 30.000 judíos detenidos y enviados a campos de concentración, más de 1.500 sinagogas destruidas, más de 7.000 tiendas destrozadas... Esa noche pasaría a la Historia como la Noche de los cristales rotos.
A continuación, una de las pocas fotos que he podido encontrar en internet de esa noche:




Así pues, el 9 de noviembre es, para bien y para mal, una fecha clave en la historia alemana. Por eso, a la hora de elegir un día como Fiesta Nacional alemana, los políticos descartaron el 9 de noviembre: no convenía ni enfurecer a los judíos ni propiciar manifestaciones neonazis.

Finalmente optaron por el 3 de octubre, pues ese mismo día, en 1990, las dos Alemanias volvieron a unificarse. Pero eso ya es otra historia.

jueves, 8 de noviembre de 2007

La mujer del tiempo

Desde que llegué a Berlín, la mayor parte de los que me escriben un mail me preguntan siempre qué tiempo hace aquí.
En Valencia, cuando le decía a la gente que iba a vivir un año en Berlín, lo primero que me decía la gran mayoría, antes de comentarme lo bien que me lo iba a pasar -eso iba luego-, era: "¡Qué frío vas a pasar!"

No me malinterpretéis, ni me molestaban esos comentarios entonces ni ahora me importa que me pregunten qué tal tiempo hace aquí, ni mucho menos. No creo para nada que lo pregunten simplemente por educación (como cuando te encuentras a alguien en el ascensor y la única cosa que se te ocurre es, en un momento de brillante originalidad, hablar del tiempo).

Creo simplemente que muchos llevan dentro un pequeño hombre del tiempo (o una mujer del tiempo, claro).
Y para satisfacer la curiosidad de esos pequeños meteorólogos, inauguro una nueva sección de este blog, "Temperaturas", en la que iré dando cuenta de las variaciones térmicas de esta ciudad.
Aquí tenéis la previsión para los próximos tres días:




En realidad, pinta peor de lo que es. Con un gorro y unos guantes, se puede ir por la calle sin que a nadie le dé un yuyu. (Según me han dicho mis compañeros de piso, el yuyu me dará en enero, cuando haga -20 ºC.)

Me despido ya. Besos desde la fría Berlín.

[P.d.: Esta entrada va dedicada especialmente a aquellos a quienes el tiempo les preocupa de forma especial: Desmond y Belén. Va por ustedes.]

martes, 6 de noviembre de 2007

Cosas que hacer un martes en Berlín

Guten Abend.

Mañana martes a las 18h quería ir a un debate sobre el concepto de Libertad en la política contemporánea que se celebra en uno de los edificios de mi universidad y en el que participa un profesor mío de Historia que me cae genial (aunque apenas le entienda).

Pero mañana martes entre las 16h y las 20h quería ir a un debate en otro edificio de mi universidad sobre las diferencias y los parecidos entre las guerras de Vietnam y la de Irak, y me parecía que vale la pena asistir, dada la actualidad del tema.

Pero mañana martes a las 17h, en el Instituto Iberoamericano de Berlín, quería ir asistir a la inauguración de un festival de poesía latinoamericana, en el que se contará con la presencia de un buen puñado de poetas que leerán sus obras.

Pero mañana martes a las 20h en el Museo de Historia Alemana quería ir a ver una película, The Mission, y no me gustaría perdérmela.


Claro, el problema es que por ahora no se ha inventado nada para poder estar en cuatro sitios a la vez.

Ése es el problema que le veo a Berlín: hay tantas cosas que hacer, que uno tiene verdaderos problemas para elegir qué hacer.

(P.S.: me he decidido por el debate sobre Vietnam e Irak. ¿Qué habríais hecho vosotros?)

domingo, 4 de noviembre de 2007

Seis historias entre Alemania y Turquía: "Auf der anderen Seite"

Aquí me tenéis de nuevo, tras pasar tres días de desconexión en Grenoble. Y vuelvo a la carga con el cine. El miércoles fui con unos amigos (nos hemos juntado un pequeño grupo de adictos a la gran pantalla) a ver la recién estrenada Auf der anderen Seite, la nueva película de Fatih Akin (recordado por Contra la pared -Gegen die Wand-, que ganó 23 premios, entre ellos nuestro Goya a Mejor película extranjera en el 2005).



La película narra la historia de seis personajes cuyas historias se entrecruzan: Ali, un anciano viudo turco emigrado a Alemania y su hijo Neyat, profesor de Literatura alemana en la universidad; Yeter, una madura prostituta turca y también emigrada a Alemania y su contestataria hija Ayten y, por último, una tranquila madre alemana que intenta entender a su impulsiva hija, Lotte.
Complejos personajes que intentan vivir sus vidas lo mejor que saben, superando los obstáculos que la casualidad -algunos lo llamarán destino- les va poniendo por delante.

Fatih Akin firma aquí la segunda película de una trilogía que habla sobre la muerte, el amor y el mal. (Aunque, ¿qué película no habla en el fondo de eso?). Además de reflexionar sobre esos temas, el director -nacido en Hamburgo de padres turcos- explora las diferencias generacionales, los vínculos existentes entre padres e hijos y las a veces difíciles y siempre complejas relaciones entre Alemania y Turquía. Auf der anderen Seite es la historia de historias entrecruzadas, es un mosaico de culturas y ciudades, conflictos, es una reflexión sobre la muerte, la familia, el amor...

De hecho, el título, "Al otro lado", (aunque acabo de ver que en inglés su título será The Edge Of Heaven, ¡qué cursi!), hace referencia tanto a la muerte, al hecho de pasar a otro mundo, como a la frontera (social, cultural, política) que divide Turquía y Alemania.

En fin, a mí la película me gustó mucho. Tiene un buen guión, unos buenos actores y está muy bien dirigida. Vamos, que es una buena película. Te hace pasar de la carcajada a la lagrimilla en un momento y es de esas películas que al día siguiente de verlas aún estás pensando en ellas (lo cual suele ser buena señal).

Cuando salí de ver la película con mis amigos, nos quedamos en la calle un buen rato discutiendo sobre ella hasta que el frío berlinés nos obligó a meternos en una cervecería para seguir nuestra acalorada discusión. A todos nos había gustado, pero cada uno pensaba una cosa diferente sobre los personajes, sus motivaciones, sobre el final de la película...

Por cierto, una de las protagonistas es Hanna Schygulla, la Maria Braun de la peli de Fassbinder. Se ve que me falla alguna conexión neuronal, porque me pasé toda la película pensando: "Cómo me suena esa señora..." Sin caer en la cuenta. En fin, esas cosas que pasan.

Supongo que esta película aún tardará en llegar a las pantallas españolas, pero cuando lo haga, id a verla. Quizá no os guste tanto como a mí, pero os aseguro que no os arrepentiréis de haberos gastado el dinero de la entrada.