jueves, 31 de enero de 2008

Bajan las temperaturas

Bajan las temperaturas en Berlín y yo me he pasado toda la tarde con Alfred Rosenberg, el ideólogo nazi. Es lo que tiene ser Erasmus de Historia en esta ciudad.
Luego abro la página web de El País y me encuentro con que un piloto perdió la razón en pleno vuelo y empezó a decir que quería hablar con Dios. No he podido evitar partirme de risa yo sola imaginándome la cara de los pasajeros.
Y así más o menos van las cosas por aquí.

lunes, 28 de enero de 2008

De embajadas españolas



Como veo que en España ya están de precampaña electoral, me sumo al carro. Esta mañana he ido a la embajada española a inscribirme como "residente transitorio" -o algo así- para poder votar por correo (que yo estas elecciones no me las pierdo).
La embajada española es un edificio neoclásico bastante sosón de 1931 situado en medio de Tiergarten, un parque muy grande del centro de Berlín. En los años treinta era un edificio rodeado de muchas más embajadas, pero tras la guerra todas se reconstruyeron un poco más lejos. Y ahora la embajada española se ha quedado en mitad de la nada, al final de un camino que ahora en enero está totalmente embarrado.
En fin, que allí nos hemos presentado con DNI, pasaporte y foto, hemos rellenado tres folios con exactamente la misma información cada vez (ya podrían hacer fotocopias, ¿no?), hemos quedado registradas como residentes berlinesas (hablo en plural porque iba con Gabriela, que también tiene la nacionalidad española) y nos han dicho -básicamente- que nos fuésemos a casa a esperar.
Así que hoy he ejercido de ciudadana.
Y ya está. Besos a todos.

domingo, 27 de enero de 2008

Tras dos semanas de ausencia

Llevo dos semanas que no paro en casa. Y cuando paro en casa es para 1) dormir o 2) estudiar. Así que no me queda mucho tiempo para escribir en el blog (no sé si se nota, pero tardo siempre un montón de tiempo en escribir las entradas).


Estamos en las últimas dos semanas del semestre, y por eso estoy tan poco en casa. Me paso casi todo el día en la universidad estudiando y leyendo mucho, y como es todo en alemán, pues voy a pasito de tortuga. Además para varias asignaturas es obligatorio hacer exposiciones orales, y yo pensé: "pues me las dejo para enero, así estudiaré durante Navidades y además me sentiré más segura con el idioma". Lógicamente, ni estudié en Navidades ni me da la impresión de haber mejorado muchísimo con el idioma, así que el resultado ha sido que este último mes tengo una exposición oral cada semana. En fin, tampoco insistiré más sobre el -por otra parte normal- agobio universitario de enero. Sobre todo porque tras dos años de trabajar e intentar estudiar al mismo tiempo, lo de tener todo el tiempo que quiera para prepararme temas de Historia (que por otra parte me interesan un montón) pues es lo mejor que hay. Y en realidad estoy disfrutando un montón estudiando y leyendo cosas muy diferentes para la universidad (como botón de muestra: la arquitectura en la RDA, la publicidad occidental en África, Rosenberg -el ideólogo nazi-, el teatro alemán de la posguerra...)
Como tampoco quiero aburriros contándoos al detalle lo que he hecho en estas dos semanas, aquí va un pequeño resumen (para que veáis que tampoco es que me haya encerrado en casa a estudiar).



Poco después de volver de Navidades organicé lo que pretendía ser una cena con unos pocos amigos en casa y que luego se convirtió en una multitudinaria cena de 20 personas que no cabían en mi cocina. Ni que decir tiene que fue divertidísimo. Nos juntamos unas 8 nacionalidades, si no me equivoco (de Alemania y España, of course, pero además Francia, Italia, Portugal, Suiza, Argentina, Holanda e Irlanda... ah, no, pues éramos de 9 países), cada uno hizo -o intentó hacer- alguna especialidad de su país (yo hice tortilla de patatas, evidentemente) y nos pusimos las botas. Aquí van unas pocas fotos:




Gianna, Raphaël y Audrey conmigo.



Otro Raphaël dándole mucho amor a Jan.





Con Elaine (y con explicación de lo que hay colgado en mi nevera)


También fui a la ópera a ver Madama Butterfly. Era la primera vez que iba a una ópera, y la verdad es que me gustó mucho. Yo pensé que me iba a aburrir, sinceramente, pero en general disfruté un montón. ¡Además estuvo genial porque conseguimos entradas para la cuarta fila por 13 euros! Resulta que aquí en Berlín se ponen a la venta una hora antes de la representación todas las entradas que no se han vendido a 13 euros. Y claro, es genial, porque consigues sentarte por 13 euros en sitios que cuestan 70 y encima estás al lado de la flor y nata berlinesa vestida de gala. La verdad es que estuvo muy bien y pienso volver, que dentro de poco representan La Traviata y me han dicho que es de las óperas más bonitas que hay.



Tampoco dejé de lado mi vertiente cinéfila y he visto un par de varias películas: en la universidad pasaron La Haine ("el odio") la semana pasada, y me gustó mucho. Es una película de 1995 bastante dura sobre la realidad de los suburbios parisinos. Los protagonistas son jóvenes conflictivos (un negro, un árabe, un judío... no digo más) y la película es el relato de un día cualquiera (¿o no?) en sus vidas. Está rodada en blanco y negro y te mantiene en tensión hasta el último minuto. Aquí tenéis a sus protagonistas con cara de angelitos:


Además, ayer fui al cine a ver My Blueberry Nights, la última película de Wong Kar-Wai, acabada de estrenar en Alemania (y cuya banda sonora estoy escuchando en este mismo momento: ¡viva eMule!). He de confesar que ya iba predispuesta a que me gustase, teniendo en cuenta que Deseando Amar es de mis películas favoritas (y cuyo póster tengo colgado en mi habitación berlinesa), pero de verdad que me gustó un montón. Es una historia de chico conoce a chica y se gustan (y desde el principio intuyes cómo va a acabar), pero lo bonito es cómo está contada. Wong Kar-Wai es un director genial, la música como siempre es perfecta, la fotografía preciosa, los personajes entrañables... Y no os cuento el final por si acaso. En fin, una película a ver y de la que sales con una sonrisita (o al menos, eso nos pasó a las tres que fuimos a ver la peli). Aquí tenéis algunos fotogramas con los protagonistas:



Norah Jones

Natalie Portman


Jude Law


Por lo demás, el fin de semana pasado hice una visita relámpago de dos días Grenoble, pero de eso sí que no dispongo ninguna imagen. En fin, fue un fin de semana muy tranquilito, en los que no hice nada a parte de pasear, cargar las pilas, hacer acopio de mimos y comer tajine de cordero (mmm... ¡qué rico!).

De otro momento bucólico sí que tengo fotos. La semana pasada me fui a pasear con mi amiga Iris (que en el momento de las fotos estaba embarazada de nueve meses, y en el momento en el que escribo estas líneas tiene un niño de cinco días, todo sea dicho). Las fotos están tomadas en el lago Schlachtensee, y aunque no lo parezca, es Berlín ciudad y está a apenas 20 minutos del centro. Bonito, ¿verdad?

Iris (y su niño Dejan [pronúnciese "déian"] dentro de la barrigota) en el lago.



Poco más me queda que contar. Aquí os pongo otra foto: es una vista de mi habitación con la lámpara-estrella que me regaló mi hermanita por Navidades. ¿A que queda bonita?



Y para aquellos que andáis preocupados por si estoy pasando mucho frío en el invierno berlinés, aquí tenéis la previsión del tiempo para el fin de semana, como viene siendo normal. La verdad es que está haciendo un enero inusualmente suave para Berlín, porque las temperaturas van de los 4 a los 10 grados, y eso aquí es mucho, la verdad. Y de hecho no paso nada de frío. Es que me he convertido en una muchachota del norte.

Como epílogo añadiré que la noticia referente a España que más ha aparecido en la prensa alemana últimamente ha sido lo del himno nacional que se ha quedado sin letra. Para que veáis que las cosas importantes que pasan en nuestro país tienen eco internacional.
Que paséis todos un muy buen fin de domingo.

lunes, 7 de enero de 2008

Nieve desde mi ventana

Hoy ha sido un típico domingo de invierno.

Al despertarme (mejor dicho, al conseguir despegar los ojos) he visto que nevaba (tengo la cama junto a la ventana). Me he quedado un buen rato remoloneando debajo del edredón viendo cómo caían los copos de nieve. Luego me he hecho el ánimo y he hecho unas poquitas fotos para enseñaros mi calle nevada, aunque el resultado es algo frustrante, pues no se aprecian los copos de nieve. Poco después he preparado café y tostadas (y me las he comido, claro), he encendido el ordenador para poner música (la banda sonora de Kill Bill, para más detalles) y me he dedicado a aspirar mi habitación. Una vez ha quedado bien limpita he estudiado -no mucho-. A las dos y algo ha venido mi querida amiga Isidora y nos hemos dedicado a hablar (sí, sí, en alemán) hasta las ocho y pico de la tarde. Después he pasado el tiempo escribiendo algunos mails y leyendo. Y ahora escribo esta entrada para que veáis cómo es Tegeler Strasse (mi calle) nevada. Qué pronto queda resumido mi día.


En fin, ahí van las fotos.


Esto es lo que se ve desde mi ventana. ¿A qué es bonito el móvil que cuelga?



Si me asomo un poco hacia la derecha, esto es lo que veo (incluso se aprecia en la foto, en el lado izquierdo, los carteles amarillos del Döner Kebab de mi calle).



Pequeño detalle de las ramas.


Que paséis buena noche.

sábado, 5 de enero de 2008

Empieza el nuevo año

Berlín me ha recibido hoy tal y como me despidió: con frío, lluvia y oscuridad. Cuando me marché era la oscuridad de las seis de la mañana, y hoy era la de las seis de la tarde, pero en realidad viene a ser más o menos igual.

Durante el viaje no ha ocurrido nada digno de mencionar, sobre todo porque yo, siguiendo mi costumbre, me he quedado dormida antes del despegue. Empiezo a pensar que esa capacidad que tengo de dormirme en cualquier lugar es un superpoder, ya sabéis, de ésos que tienen los superhéroes.

Lo único reseñable que me ha ocurrido hoy es el tortazo que me he pegado a los veinte metros de salir de mi estación de metro. Os lo aseguro, ha sido un gran tortazo, habida cuenta de los veinte kilos y pico de mochila que llevaba encima. Pero no ha sido culpa de mi torpeza, para nada. Ayer nevó en Berlín y hoy, al subir las temperaturas (hace cero grados), la nieve se ha convertido en lluvia, congelando toda la acera de mi calle y convirtiéndola en una estupenda pista de patinaje. De hecho, mi tortazo no ha sido el único, pero seguro que sí ha sido el más divertido. Menos mal que, mientras aún estaba tirada en el suelo, con frío, con el trasero bien dolorido y pensando cómo iba a levantarme, ha aparecido -casualidades de la vida- Mario, mi compañero de piso, que al principio no se podía creer que esa cosa tirada en el suelo fuese su compañera que volvía de las vacaciones de Navidad. La verdad es que nos hemos reído un rato de tan absurda situación.


En fin, que ya estoy aquí de nuevo, con las maletas deshechas y la calefacción encendida (pero con el suelo sin aspirar, eso lo dejo para mañana), y dispuesta a empezar con buen pie mi año, lo que incluye estudiar mucho -hay que decirlo todo. Os dejo con un consejo de Mafalda, para que el 2008 venga lleno de sonrisas (y buena salud).