Bajan las temperaturas en Berlín y yo me he pasado toda la tarde con Alfred Rosenberg, el ideólogo nazi. Es lo que tiene ser Erasmus de Historia en esta ciudad.
Luego abro la página web de El País y me encuentro con que un piloto perdió la razón en pleno vuelo y empezó a decir que quería hablar con Dios. No he podido evitar partirme de risa yo sola imaginándome la cara de los pasajeros.
Y así más o menos van las cosas por aquí.
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