Son las diez de la mañana, miro por la ventana. Está muy oscuro, cae una lluvia espesa. Poco a poco las gotas van tomando color.
Nieva. Nieva de una nieve densa y que contrasta con el amarillo del edificio decimonónico que veo enfrente.
Con una taza de té en una mano y una magdalena en la otra pego la nariz al cristal. ¿Serán mis raíces mediterráneas lo que siempre me hace contemplar la nieve con una ilusión infantil?
Ha llegado el invierno a Berlín. Empieza la temporada de las calles resbaladizas, del anochecer a las cuatro, del vino caliente, de los mercados de Navidad, de las tardes en los museos y en los bares, del blanco uniforme sobre coches y árboles.
Nieva. Nieva de una nieve densa y que contrasta con el amarillo del edificio decimonónico que veo enfrente.
Con una taza de té en una mano y una magdalena en la otra pego la nariz al cristal. ¿Serán mis raíces mediterráneas lo que siempre me hace contemplar la nieve con una ilusión infantil?
Ha llegado el invierno a Berlín. Empieza la temporada de las calles resbaladizas, del anochecer a las cuatro, del vino caliente, de los mercados de Navidad, de las tardes en los museos y en los bares, del blanco uniforme sobre coches y árboles.
4 comentarios:
Quelle belle image !
Observer le joli spectacle avec une tasse de thé à une main et une madeleine à l'autre en collant le nez à la fenêtre.
Avec la chaleur humaine de tes racines méditerranéennes, qui te donnent cet enthousiasme enfantin, te permettent aussi de nous donner une magnifique description de ce beau paysage berlinois.
On t'adore !
Aaaah, puedo más que suspirar y tomarme un té a tu salud con una sonrisa en los labios y la mirada perdida. Besotes de
esa amiga tuya que no escribe las postales
Hola cara guapa, me encantan tus descripciones porque como soy tan empática vivo lo mismo que tú.
Ha sido acojonante lo de "sin manos" ¡qué sensación más chula!!!!
Te daré noticias vía email. guapa.
müüuuu ....
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