miércoles, 6 de febrero de 2008

De chinos, coches y tapas

En realidad, aunque no lo parezca, algo más cosas a parte de ir al cine. Pero lo cierto es que Berlín es la ciudad perfecta para los cinéfilos (o cinéfagos, como dice Fingidor) y en la última semana he visto tres películas cuanto menos interesantes.


Primero, Tapas.



Jamás llegué la película revelación española del 2005, así que aproveché que acaban de estrenarla en Alemania para ir a verla con Hedda, una amiga alemana. La crítica alemana, todo sea dicho, también la ponía muy bien, así que acabó picándome la curiosidad.







La verdad es que la peli no está del todo mal (para ser española, como diría Don Desmond), y pasas el rato y hasta de vez en cuando te ríes (normalmente, con alguna chorrada). Pero es bastante floja, y algunos actores son bastante malos y pecan, como suele pasar en las películas españolas, de sobreactuación. Lo que me pareció que estaba muy bien era el reflejo que hace de la vida cotidiana española. Nada de casas con decoración maravillosa de Ikea o de personajes vestidos a la última moda, sino que la película transcurre entre un bar de tapas del de toda la vida, un supermercado como al que vamos todos los días y casas normales y corrientes. (por cierto, que esa fue también la observación de Hedda, que estuvo un año de erasmus en Madrid y está familiarizada con el ambiente de barrio).





Aquí tenéis algunas escenas.

(Sí, sale Ferrán Adriá.)




El lunes, después de hacer mi primer examen en alemán (no me salió del todo mal, que si no me hubiese marchado a casa a llorar), me fui al cine Babylon (que se está convirtiendo en el lugar en el que más horas paso en Berlín). Hacían una retrospectiva de Wong Kar-Wai y me fui a ver Happy Together. Me encantó.


Definitivamente, Wong Kar-Wai es de mis directores favoritos por la forma tan especial que tiene de contar historias.








"Happy Together" es, por supuesto, una historia de amor bastante trágica entre dos jóvenes chinos que deciden irse a Argentina a "volver a intentar" salvar su relación.

Pero lo precioso no es la historia en sí, sino cómo la cuenta.


Es Wong Kar-Wai en estado puro: imágenes preciosas (monocromáticas, en azul, amarillo o rojo; o en blanco y negro; o en sepia; o desenfocadas; o dadas la vuelta de forma que los edificios parecen caer del cielo), actores geniales (definitivamente, también he incorporado a Tony Leung en mi panteón de actores favoritos), música perfecta...



En suma, una peli muy recomendable.

Este póster me encanta.



Al día siguiente volví al Babylon a ver Crash (la de Cronenberg y no la de Paul Haggis, la que ganó un Oscar). Muchísima gente me había dicho que era una peli muy buena, y todavía no había tenido ocasión de verla. Así que decidí subsanar ese fallo cinéfilo.



He de decir que salí muy impresionada (en el fondo debo de ser un espíritu sensible). Cuanto menos, diré que es una película turbadora. El personaje de Vaughan me parecía terrible y cada vez que salía en pantalla servidora se hundía en el asiento todo lo que podía. La escena del lavado de coche me gustó mucho, y la música también, pero no dejé de sufrir en toda la película y salí del cine muy impresionada, como ya os he dicho (confesaré que cuando llegué a casa me puse a leer poemas de Miguel Hernández para pensar en otras cosas e intentar dormir con los angelitos).















De hecho, tardé en decidir si la película me había gustado o no. Ahora creo que, aunque no va a entrar en la lista de mis pelis favoritas, desde luego es una película muy interesante y que hay que ver.





No sé qué pensaréis aquellos que la hayáis visto, pero pienso que la película trata de analizar la sociedad actual. Gente que tras un accidente de coche experimenta sensaciones tan fuertes que les hace intentar repetir esa experiencia para intentar llenar un vacío existencial, una sensación de hastío. Los coches, la tecnología en suma, es el medio por el que los personajes logran llenar este vacío. En fin, mi explicación es bastante patatera, pero no acabo de encontrar las palabras correctas y siempre resulta muy difícil hablar de una película así en unas pocas líneas.

Así que tendréis que venir a tomaros una cerveza a Berlín para hablar un poco de la película.


Y lo dicho, sigo pensando que la escena del lavado del coche es impresionante).
[Postdata: sintiéndolo mucho, me declaro vencida por la tecnología tras más de media hora intentando que me cuadren las imágenes con el texto. Abandono la lucha.]

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