domingo, 11 de octubre de 2009

Girando la página


Cuando emprendí el largo viaje hacia Itaca, nada sabía yo de adónde me llevaría. Hoy en día sigo sin saberlo exactamente, pero lo que sí sé es que mi etapa en Berlín ha acabado, y por tanto las impresiones berlinesas dejarán de existir.

Algo que empezó como una forma de tener al tanto de lo que iba viviendo a la gente de mi alrededor se convirtió en algo que ha ido más allá. No sabría calificar ese "algo": ¿quizá una ventana entre mi mundo y el exterior, un termómetro de mis vivencias berlinesas, una forma diferente de compartir mis inquietudes con la gente que me rodea y la que no?

En todo caso, pienso que voy a seguir con esta especie de adicción que es el blog, aunque bajo un nuevo nombre. A ver qué pasa. Nos vemos allí.

lunes, 1 de junio de 2009

Entreacto


Ordenador en coma inducido + faltan tres días para mudarme = silencio bloguero.

domingo, 31 de mayo de 2009

Se acabaron las bravas

Una sabia amiga me dijo una vez que hay que saber cerrar las etapas.
Y yo cierro hoy la mía como camarera en un bar de tapas de Berlín.


Once meses de camarera.
Tres, cuatro, cinco días a la semana.
Cinco, seis, nueve horas de trabajo. A veces -las menos- diez.

Dos pantalones negros, tres camisas blancas, cuatro polos con el logo del bar, incontables y horribles calcetines-media de color carne. Tres pares de zapatos destrozados.
Una docena de bolis. La mitad se perdieron, la otra mitad se rompieron. De uno se me acabó la tinta.

Muchos compañeros de trabajo que ahora llamo amigos.
Muchas risas.
Algún cabreo.

Rotos: una decena platos (de los cuales sólo uno, lleno de comida, delante del cliente), una docena de vasos de café y dos docenas de vasos de vino hechos añicos.
Una cerveza al suelo, una copa de sangría encima del abrigo de una señora que montó en cólera y quiso que le pagara la tintorería.

Clientes amables, clientes que pasan desapercibidos, clientes muy simpáticos y clientes muy estúpidos. Clientes que me ayudan a abrir la botella de vino cuando me pongo nerviosa. Clientes que me agradecen con un abrazo la velada. Clientes agradecidos por la recomendación de algún vino. Clientes que alaban mi alemán, clientes que me hablan en italiano. Algún número de teléfono, un poema.

Una Nochevieja llevando un sombrero de cowboy de purpurina rosa y una mesa que se largó sin pagar.
Un cumpleaños llevando delantal blanco y brindando con cava rosado.

Hemingway Sour, Alhambra, Urquell, San Miguel, Gin Gimlet, Erschloraque.

No creo que haya perdido el tiempo.

miércoles, 20 de mayo de 2009

La poesía es un deporte extremo

Navegando, navegando, me enteré de la existencia de Miss Tic, una artista de París que va dejando frases y mujeres pintadas por toda la ciudad. Tiene una página web con todas sus obras.


Me encantó esta frase y el dibujo que la acompaña y he decidido compartirlo con vosotros:


La poesía es un deporte extremo.



Por cierto, que a este tipo de graffitis hechos con plantilla se les llama estarcidos (que es la traducción correcta de stencil, que es lo que siempre pone en las páginas web sobre arte callejero).

Otras obras de Miss Tic que también me han gustado:

Me he acostado con un ejército de sentimientos


Demasiado feliz para tener miedo


Me gustan los hombres con sorpresa





Volverse simple es complicado



[Para mi mami poetisa]

lunes, 18 de mayo de 2009

Despedirse con un haiku


Se despidieron
y en el adiós
ya estaba la bienvenida.

Un domingo cualquiera

Salgo de casa a las cinco de la tarde, el cielo está azul y brilla el sol.

Saco la bici y me voy pedaleando hacia el centro de la ciudad. Al pasar por Hauptbahnhof, la estación central de Berlín, casi me caigo al ver este anuncio:



La inmobiliaria Chamartín ha puesto un pedazo de cartel en español en la estación. Se me ponen los pelos de punta de pensar que las inmobiliarias españolas, con esa concepción del urbanismo tan poco respetuosa, tan masificadora, tan de sacar dinero como sea, puedan meter mano en esta ciudad.
Además son tan burros que ni siquiera saben puntuar bien las frases en sus anuncios.


Sigo mi camino tranquilamente. Paso por Tiergarten, que en esta época del año está precioso, verde y lleno de gente que toma el sol, atravieso Potsdamer Platz y llego a mi destino, el museo Martin-Gropius-Bau, del que ya os he hablado alguna vez, donde había quedado con una amiga a ver una exposición. Mientras la esperaba fuera del edificio, me vuelve a salir mi lado más "vivo-en-berlín-pero-soy-extranjera" y hago una foto más typical imposible: un trozo del muro de Berlín con el antiguo Ministerio del Aire (el Reichsluftfahrtministerium, si os animáis a pronunciarlo en alemán) en segundo plano, uno de los poquísimos edificios construidos durante el nacionalsocialismo que aún siguen en pie.



Ya dentro de la exposición, una retrospectiva genial del fotógrafo alemán Hannes Kilian, me las apaño para conseguir hacer de extranjis una foto de una foto -valga la redundancia- que me llama mucho la atención. Dice el cartelito explicativo que son tres mujeres policía andando por las calles de Jerusalén en 1970. Atentos a los botines, los pantalones cortos y los gorritos.


Después de la exposición me vuelvo a subir a la bici. Hay una luz preciosa y hago estas fotos al lado de la estación del U-Bahn Hallesches Tor.




Llego a mi destino cuando ya empieza a irse la luz: Görlitzer Park.



Me quedo un rato con unos amigos en la hierba del parque, tumbados, sin hacer gran cosa. Al final una amiga y yo decidimos coger la bici de nuevo (esta vez conduciendo ella y yo de paquete detrás) e ir a una rave que han organizado cerca del Schwarzer Kanal. Yo nunca he estado allí y me pica mucho la curiosidad.

Mientras mi amiga pedalea y yo intento no caerme, veo uno de los graffitis más bonitos en cuanto a mensaje y más feos en cuanto a estética desde que he llegado de Berlín: die Grenze verläuft nicht zwischen oben und unten sondern zwischen dir und mir:

(Perdonad la calidad de la foto, estaba lejos y además empezaba a ser muy de noche)

Es decir: la frontera no transcurre entre arriba y abajo, sino entre tú y yo.

Poético, ¿no? El caso es que es una réplica a otro graffiti que se ha hecho muy famoso en Berlín y que dice: die Grenze verläuft nicht zwischen den Völkern sondern zwischen oben und unten, que viene a ser: la frontera no transcurre entre los pueblos, sino entre arriba y abajo. Toda una declaración de principios al más puro estilo primera internacional comunista.
Dejando idealismos aparte, prefiero la amargura de la versión romántica.


Llegamos a la rave. Mucha, mucha, mucha gente. Todo muy oscuro, unos tipos han hecho un fuego en una esquina. Foto.


Mi amiga y yo nos metemos entre la gente. Empezamos a bailar. La música se apaga. No han pasado ni dos minutos desde que llegamos a la fiesta. Nos explican que son las diez de la noche: toca apagar la música antes de que se queje alguien y llegue la policía. Pero, ¿cómo podemos tener tan mala suerte?

Pues nada. Nos bebemos entre las dos la cerveza que habíamos comprado por el camino, sentadas al borde del canal, con los pies colgando encima del río. Los chicos que están a nuestro lado nos dan un poco de palique y nos invitan a una fiesta el sábado que viene.

Vuelvo a coger la bici y después de 40 minutos de pedaleo llego a casa, justo cuando está empezando a llover. Me siento en el balcón, enciendo unas velas y me quedo mirando la noche. Al rato me meto en mi habitación, enciendo el ordenador, paso las fotos al disco duro y decido contaros lo que he hecho hoy.


Por cierto, que esto es lo que estoy escuchando mientras escribo estas líneas:

domingo, 17 de mayo de 2009

Imágenes de postal

Os dejo unas poquitas fotos que hice la semana pasada mientras paseaba con mi cámara al atardecer por los alrededores de Frankfurter Tor, eje central del antiguo Berlín Este.



No dejan de ser las típicas imágenes de postal que toman como elemento central la torre de televisión, el Alex.

Supongo que el hacer estas fotos delata mi posición de extranjera-viviendo-en-Berlín, por mucho que me pese. Yo quiero pensar que después de dos años viviendo aquí ya soy berlinesa y no tengo nada que ver con las masas de turistas que se hacen fotos delante del Reichstag. No necesito un plano para moverme por el metro ni siento la necesidad de comerme una salchicha porque estoy en Alemania.

Pero luego voy paseando por las calles de Berlín y hago fotos de postal.










sábado, 16 de mayo de 2009

Tarde primaveral


Miro por mi ventana y veo multitud de pelusas blancas, semillitas de árbol, flotando en el aire. El día está gris, amenaza lluvia. Me hago un té y vuelvo a mirar por mi ventana. Las pelusas blancas siguen ahí, pero ahora el cielo se ha descubierto y se ve el sol. Me dan ganas de bajar al parquecito de abajo de mi casa a tomar el sol. Me asomo por la ventana y veo que la gente lleva chaqueta. Decido quedarme, pongo música, escribo tranquilamente.
Miro por la ventana. Un gran nubarrón gris oscuro ha cubierto el sol, veo las copas de los árboles doblarse por el viento, las pelusas blancas siguen volando, insensibles a los cambios de color del cielo en esta tarde de primavera.

lunes, 11 de mayo de 2009

Schwarz zu blau

Para que empecéis el lunes con ritmo.




Últimamente esta es la canción que ponemos en casa mientras desayunamos, para despertarnos con energía. Me gusta mucho, no sólo por la música, sino por la letra. (Tampoco creáis que lo pillo todo de oído, he tenido que mirar la letra en Internet para entenderla al 100%).

Describe una Berlín alejada de los tópicos de folleto turístico, de la imagen idílica de los barrios hippie-pijos, del Berlín vanguardista, de moda y alternativo, de la impresión que yo misma puedo dar de esta ciudad.

Son las cinco y media de la mañana, vuelves de estar de fiesta en un club, los ojos te pican, apestas a alcohol, estás muerto, te lo has pasado bien. Pasas por Kotti evitando los cuerpos tirados de borrachos y punkis, ves las ratas a la sombra de los kebab, el bus no llega, te entran ganas de comer baklava y de ver a Fátima, la panadera. Berlín puede ser muy fea, gris y sucia. Tanto, que lo mejor que puedes hacer es volver a casa y dormir, mientras el cielo pasa de ser negro a azul...


Komm aus'm Club, war schön gewesen
Stinke nach Suff, bin kaputt, ist 'n schönes Leben
Steig' über Schnapsleichen, die auf meinem Weg verwesen
Ich seh die Ratten sich satt fressen im Schatten der Dönerläden
Stapf' durch die Kotze am Kotti, Junks sind benebelt
Atzen rotzen in die Gegend, benehmen sich daneben
Szeneschnösel auf verzweifelter Suche nach der Szene
Gepiercte Mädels die wollen, dass ich Strassenfeger lese

...

Guten Morgen Berlin
du kannst so häßlich sein
so dreckig und grau
Du kannst so schön schrecklich sein
deine Nächte fressen mich auf
es wird für mich wohl das Beste sein
ich geh nach Hause und schlaf mich aus
Und während ich durch die Straßen laufe
Wird's langsam... Schwarz zu Blau


domingo, 10 de mayo de 2009

Demasiado arroz

Más cosas que pasan cuando trabajas en un bar de tapas en Berlín.

Me acerco a una mesa (la 14, más exactamente) para retirar los platos de una pareja que había pedido una paella. Veo que se han comido sólo la verdura, el marisco y la carne, y que queda un montón de arroz en los platos.



Les pregunto educadamente: "¿No les ha gustado la paella?"
Me responden: "Sí, pero es que tenía demasiado arroz."

Me alejo con cara de desconcierto absoluto sin acertar a responder nada.