lunes, 18 de mayo de 2009

Un domingo cualquiera

Salgo de casa a las cinco de la tarde, el cielo está azul y brilla el sol.

Saco la bici y me voy pedaleando hacia el centro de la ciudad. Al pasar por Hauptbahnhof, la estación central de Berlín, casi me caigo al ver este anuncio:



La inmobiliaria Chamartín ha puesto un pedazo de cartel en español en la estación. Se me ponen los pelos de punta de pensar que las inmobiliarias españolas, con esa concepción del urbanismo tan poco respetuosa, tan masificadora, tan de sacar dinero como sea, puedan meter mano en esta ciudad.
Además son tan burros que ni siquiera saben puntuar bien las frases en sus anuncios.


Sigo mi camino tranquilamente. Paso por Tiergarten, que en esta época del año está precioso, verde y lleno de gente que toma el sol, atravieso Potsdamer Platz y llego a mi destino, el museo Martin-Gropius-Bau, del que ya os he hablado alguna vez, donde había quedado con una amiga a ver una exposición. Mientras la esperaba fuera del edificio, me vuelve a salir mi lado más "vivo-en-berlín-pero-soy-extranjera" y hago una foto más typical imposible: un trozo del muro de Berlín con el antiguo Ministerio del Aire (el Reichsluftfahrtministerium, si os animáis a pronunciarlo en alemán) en segundo plano, uno de los poquísimos edificios construidos durante el nacionalsocialismo que aún siguen en pie.



Ya dentro de la exposición, una retrospectiva genial del fotógrafo alemán Hannes Kilian, me las apaño para conseguir hacer de extranjis una foto de una foto -valga la redundancia- que me llama mucho la atención. Dice el cartelito explicativo que son tres mujeres policía andando por las calles de Jerusalén en 1970. Atentos a los botines, los pantalones cortos y los gorritos.


Después de la exposición me vuelvo a subir a la bici. Hay una luz preciosa y hago estas fotos al lado de la estación del U-Bahn Hallesches Tor.




Llego a mi destino cuando ya empieza a irse la luz: Görlitzer Park.



Me quedo un rato con unos amigos en la hierba del parque, tumbados, sin hacer gran cosa. Al final una amiga y yo decidimos coger la bici de nuevo (esta vez conduciendo ella y yo de paquete detrás) e ir a una rave que han organizado cerca del Schwarzer Kanal. Yo nunca he estado allí y me pica mucho la curiosidad.

Mientras mi amiga pedalea y yo intento no caerme, veo uno de los graffitis más bonitos en cuanto a mensaje y más feos en cuanto a estética desde que he llegado de Berlín: die Grenze verläuft nicht zwischen oben und unten sondern zwischen dir und mir:

(Perdonad la calidad de la foto, estaba lejos y además empezaba a ser muy de noche)

Es decir: la frontera no transcurre entre arriba y abajo, sino entre tú y yo.

Poético, ¿no? El caso es que es una réplica a otro graffiti que se ha hecho muy famoso en Berlín y que dice: die Grenze verläuft nicht zwischen den Völkern sondern zwischen oben und unten, que viene a ser: la frontera no transcurre entre los pueblos, sino entre arriba y abajo. Toda una declaración de principios al más puro estilo primera internacional comunista.
Dejando idealismos aparte, prefiero la amargura de la versión romántica.


Llegamos a la rave. Mucha, mucha, mucha gente. Todo muy oscuro, unos tipos han hecho un fuego en una esquina. Foto.


Mi amiga y yo nos metemos entre la gente. Empezamos a bailar. La música se apaga. No han pasado ni dos minutos desde que llegamos a la fiesta. Nos explican que son las diez de la noche: toca apagar la música antes de que se queje alguien y llegue la policía. Pero, ¿cómo podemos tener tan mala suerte?

Pues nada. Nos bebemos entre las dos la cerveza que habíamos comprado por el camino, sentadas al borde del canal, con los pies colgando encima del río. Los chicos que están a nuestro lado nos dan un poco de palique y nos invitan a una fiesta el sábado que viene.

Vuelvo a coger la bici y después de 40 minutos de pedaleo llego a casa, justo cuando está empezando a llover. Me siento en el balcón, enciendo unas velas y me quedo mirando la noche. Al rato me meto en mi habitación, enciendo el ordenador, paso las fotos al disco duro y decido contaros lo que he hecho hoy.


Por cierto, que esto es lo que estoy escuchando mientras escribo estas líneas:

4 comentarios:

akiresahotome dijo...

Hola!

Me gustó mucho tu blog, saludos!

Anónimo dijo...

Paula, a mi también me encanta tu Blog! muchas grácias por compartir tu Berlin!!

Sandra dijo...

Uy, qué taciturna te has vuelto!!
:)

Unknown dijo...

Me encantó tu relato, que pena que hayas dejado el Blog.